A comienzos de 1900, Antenor Durán Tapia abre su primera carnicería en la comuna de Purén, Provincia de Malleco. Un rubro hasta ese entonces desconocido para la familia Durán, pero que definiría el rumbo de una vida vinculada al campo y el ganado.
Años de trabajo, tanto en la engorda como la comercialización, permitieron adquirir el conocimiento necesario para posicionarse como expertos en el área. De esta forma, Juan Durán Donoso se traslada a la Región del Biobío y logra seguir la huella de su padre y abuelo, inaugurando en 1981 su propia carnicería ubicada en la Vega Monumental de Concepción.
Pero fue a fines de 1985 que la marca Carnes y Cecinas JD se consolida, con la apertura de su casa matriz de Tucapel 748. Sumado a la adquisición de la fábrica de cecinas, complemento perfecto a la carnicería y que finalmente define el nombre de la empresa.
Sin embargo, algo faltaba. En 1990 vino la compra del primer campo en Bulnes, llamado fundo La Alborada. Con esto JD entra de lleno a la engorda de ganado, produciendo su propia carne. A través de una alimentación tradicional conjugada con una receta especial preparada por expertos del agro, logran crear la fórmula secreta JD.
Esta dieta es parte fundamental del éxito, ya que es la que genera ese sabor único y el color perfecto de sus carnes. Éste es el sello JD, calidad asegurada de producción 100% propia, que va del campo directamente al mesón.
Sin duda, el trabajo en equipo ha permitido este constante crecimiento y proteínas de primera categoría, pero la pasión de todos por el mundo ganadero es la que ha transformado a JD en una marca reconocida por la industria y sus clientes.
Cuatro generaciones y un equipo de 90 personas han hecho realidad este sueño, que hoy se resume en 800 hectáreas de campos, dos carnicerías, una fábrica de cecinas y cientos de clientes que creen y confían en la promesa JD.
Con tres zonas de campos distribuidas entre Bulnes y San Ignacio, Región del Biobío, JD abarca 800 hectáreas de territorio destinado a la producción de ganado. El Fundo La Pitra es el más importante, dado que es donde se ubica la fábrica de alimentos, el feedlot y la casa de la familia Durán Grandón.
La primera parte del proceso es la adquisición, JD compra sus vacunos en las mejores crianzas del país. Se continúa con la alimentación en pradera durante seis meses, para luego trasladarse a los patios de alimentación (feedlot) donde pasan alrededor de 100 días.
Este rubro de la empresa, que forma el complemento perfecto junto a las carnicerías de la marca, comienza en 1985. Hoy la fábrica está ubicada en calle Las Heras 2085, donde se ha levantado una tecnología que rescata lo mejor de la tradición artesanal con una gran innovación en el proceso.
Un equipo especializado en el área, una infraestructura moderna y el especial cuidado en la higiene durante toda la producción, han permitido conservar el sabor JD en sus cecinas, crudas y cocidas. Esfuerzos que las llevaron a ser elegidas “Las mejores longanizas de Concepción” por Inacap en 2015.
En 1981, abre la primera carnicería de la era Carnes y Cecinas JD en la Vega Monumental de Concepción. Hoy, cuentan con dos locales uno ubicado en Tucapel (casa matriz) y otro, en Caupolicán. Este año, se inaugurará un tercero en la calle Michimalonco en la comuna de San Pedro de la Paz.
Lugares que destacan por su limpieza y moderna infraestructura (estacionamientos), donde se puede encontrar carne de calidad asegurada, categoría V, fresca, sin ningún tipo de marinado, con un tiempo de maduración perfecto para el consumo y despostada directamente en el mesón. Sumado a un servicio de excelencia, donde atienden sólo carniceros profesionales e, incluso, su propio dueño.
Se pueden encontrar todo tipo de proteínas, como vacuno, cerdo, cordero, jabalí, pollo y avestruz, además de sus ya tradicionales cecinas. Todo está perfectamente pensado para una mejor experiencia del cliente JD, aquel que gusta y sabe de carne.